La socialización de las personas depende en gran medida de la influencia de los grupos en los que interviene, por lo que la personalidad de sus participantes se desarrolla potenciando capacidades y características con una fuerza educadora o modeladora dependiendo de los objetivos a cumplir, al respecto Andueza (1979) señala que “todo grupo es educador por la influencia que ejerce en el individuo al que moldea”, aspecto a considerar en las intervenciones preventivas que se realicen. Nuestro actual modo de vida nos exige una constante interacción con los demás. Hoy en día no podemos concebir al hombre como un ser aislado en el tiempo y espacio amplio, el individuo pertenece distintos grupos, lo que influye en él de manera decisiva.
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